“Sois un activo intangible”. Esas fueron las palabras que pronunció en su discurso el rey Felipe VI en la apertura del XXV Congreso Nacional de la Empresa Familiar, celebrado el pasado octubre en Cáceres, y con las que no puedo estar más de acuerdo. Este evento se convirtió en una cita de referencia para las familias empresarias de nuestro país y por supuesto, para las extremeñas, ya que además pudimos celebrarlo en nuestra tierra. Como el lema ‘El latido de España’, pudimos mostrar el pulso y la salud de la que podemos presumir las empresas familiares y así poner en valor nuestro trabajo y nuestra aportación como bien económico y social que, entre todos, debemos respaldar, apoyar y defender.
Sentí un profundo orgullo y una enorme responsabilidad representar en este Congreso Nacional a las más de 400 empresas familiares extremeñas que conforman la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar (AEEF), y como expresé en estos mismos días, quería que el resto del país supiera “lo vibrante” que se encuentra Extremadura en este momento. Y para saber en qué frecuencia estamos solo hace falta fijarse en los números: el 91,5% de las empresas extremeñas son familiares, cifra que se sitúa por encima de la media nacional que es del 88,8%, y representan el 84% del Valor Agregado Bruto, frente al 66% en España. Por su parte, la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar está actualmente formada por 111 familias, con una facturación agregada de 4.500 millones de euros, lo que representa más del 25% del PIB regional privado, dando empleo a más de 30.000 personas.
Como he destacado en otras ocasiones, las personas y las relaciones humanas son el pilar esencial de nuestra existencia, también de cualquier actividad empresarial. Sólo en constante relación con los demás podemos aprender, crecer y desarrollarnos para ir sumando matices a nuestra personalidad al tiempo que nos convertimos en una versión mejorada de nosotros mismos. Estos valores tan nuestros también son ADN indiscutible de la empresa familiar, comprometida siempre con el tejido empresarial de la región, esencial en su prosperidad y desarrollo.
Y para ese desarrollo, cómo ya manifesté al presidente de Extremadura, Fernández Vara, en un desayuno que celebramos el pasado abril, la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar (AEEF), el tejido empresarial extremeño, necesita mejores infraestructuras ferroviarias, carreteras y una mayor operatividad del aeropuerto de Badajoz para poder competir en un mercado global. Tenemos la absoluta certeza de que las comunicaciones facilitan la actividad económica y no deben ser un lastre para el desarrollo económico de la región. De poco sirve apostar por lo que producimos y generamos desde Extremadura si no tiene salida al resto del mundo por tierra, mar y aire.
Desde que en 2003 se constituyera la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar siempre hemos incidido en la importancia de mejorar los aspectos que afectan directamente a la empresa familiar. Somos conscientes de que algunos de estos retos están ligados a la profesionalización de la gestión, la formación, el crecimiento y el relevo generacional. Es fundamental cuidar la empresa familiar y apostar por trabajar entre todos para afrontar las vicisitudes que cada desafío nos plantee. De esta forma podremos seguir generando bienestar y garantizando un presente y un futuro mejor para nuestras empresas, y en definitiva, para la sociedad.
Uno de los retos a los que nos enfrentamos desde las empresas familiares en Extremadura es la falta de mano de obra cualificada. Sabemos que es un problema para pequeñas y grandes empresas, especialmente en las zonas rurales. Por eso queremos apostar por la formación e intentar atraer a trabajadores de toda la región y de fuera de ella. Creemos que es el momento para que Extremadura sea el lugar donde la gente quiera venir a trabajar, siendo esta una tierra que tradicionalmente ha visto irse a miles de personas de distintas generaciones buscando un futuro mejor fuera.
Por eso, desde la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar (AEEF) queremos apostar decididamente por la Formación Dual, en la que la educación y la empresa vayan de la mano. Somos conscientes que desde la Administración regional se están dando pasos para que esta funcione de la mejor manera posible. Si algo tenemos claro es que desarrollar una buena formación es una de las claves para afrontar la reindustrialización de la región profesionalizando sectores como el industrial, el agroalimentario, las energías renovables y el turismo.
Pasado y futuro, pero también presente
No me cabe ninguna duda de que la empresa familiar tiene mucho futuro por delante, pero también me gusta pensar que atesoramos mucho pasado, gracias a la impagable labor de aquellas generaciones, que, respaldadas por valores como el esfuerzo, el sacrificio, el compromiso, la seriedad y el respeto, pusieron en marcha hace décadas las empresas familiares que hoy conforman el tejido empresarial de Extremadura. Pero además de ese pasado, me gusta pensar que tenemos presente. Un presente que hay que cuidar para alcanzar ese futuro. El relevo generacional es otro de los grandes retos a los que se enfrenta la empresa. Distintos estudios realizados en España revelan que solo el 30% de las empresas familiares llegan a la segunda generación y únicamente el 15% alcanzan la tercera. Confianza y trabajo conjunto son necesarios para que podamos construir un relevo generacional tranquilo, con diálogo, y basado en pilares sólidos. Dependemos de ello para seguir siendo ese valor intangible.
Fecha: Julio de 2023
Medio de comunicación: Diario Hoy