El pasado día 20 de junio, el Foro de Jóvenes celebró su segunda actividad con un almuerzo en Badajoz con la empresaria Dª Dolores Serrano, primera generación y cofundadora de la empresa Vegenat, en el que los asistentes pudieron conocer su trayectoria y filosofía empresarial.
Vegenat es una empresa alimentaria con más de 30 años de experiencia en el diseño, desarrollo y producción de productos alimentarios. En la actualidad opera en los cinco continentes estando presentes en más de 40 países. Cuenta con 181 trabajadores fijos llegando a superar los 200 en campaña
“Vegenat vende seguridad alimentaria, independientemente del producto”
Desde el punto de vista empresarial, afirma que lo más importante de una empresa es la “organización”, además de recoger el “conocimiento” para cuando los puestos de trabajo tienen que cambiar de responsable, ya que un gran problema de la empresa familiar es que los empleados hacen los puestos de trabajo y no los puestos de trabajo a los cargos de las empresas, haciendo, pues, muy difícil el cambio de responsable.
La organización permite a la empresa: 1) Que la familia sea propietaria y la gestione patrimonialmente, 2) Que se profesionalice y 3) Que se internacionalice o salga de los ámbitos de gestión cercanos
“El personal de la empresa debe ser muy bueno y “creadores de negocio”.
Señala que no hay continuidad en una empresa familiar si no se plasma el objetivo de la familia en la empresa para lo cual es necesario diseñar la estrategia.
Es importante lograr el equilibrio entre las nuevas generaciones y los directivos de la empresa y para ello deben conocer la empresa, el equipo y la organización. “Nadie es imprescindible”.
“Hay que saber hacia donde vamos y por donde vamos. No valen atajos”.
Destaca la perseverancia como pilar de la empresa y pone de manifiesto la diferencia entre empresa y negocio, “empresa es un proyecto a largo plazo, que no quiere decir que no tenga objetivos a corto; negocio es una operación puntual que acaba cuando se ha conseguido el objetivo”.
Desde el punto de vista familiar, Dolores Serrano afirma que cuando se emprende o se inicia algún proyecto, todas las empresas son un sueño que parte de una idea por la que alguien esta dispuesto a pagar en el mercado, en la que hay que invertir, en la que a corto plazo no hay beneficio y para la que hay que estar cada vez mejor preparado.
“Hay que invertir dinero antes de ganarlo”.
“A veces en la empresa hay que llegar a renunciar al beneficio a corto plazo para ganar valor a medio y largo plazo”.
Sobre todo hay que perseverar y caer y levantarse tantas veces como sea necesario si queremos conseguir el sueño.
En el cambio generacional dentro de una empresa familiar, los padres deben jugar cada uno su papel, por un lado, el de emprendedor y el de pareja y, por otro, el de padre y madre
La segunda generación entra a formar parte en un proyecto ya iniciado y su papel no es fácil si bien tienen la posibilidad de desarrollar su carrera dentro de la empresa, lo que supone una importante ventaja ya que “fuera de la empresa familiar hace mucho frío”.
Señala que es duro romper el liderazgo establecido tanto para quien lo cede como para quien lo obtiene, si bien “una familia con conocimientos puede llegar a cualquier sitio y eso es una gran ventaja de las empresas familiares”.
Defiende la incorporación de los jóvenes a la empresa ya que “la renovación trae aire fresco a la empresa” . “Tiempos nuevos, gente nueva”.
Afirma que la segunda generación debe tener compromiso, buena formación y talento.
Destaca el importante papel de los padres, haciendo especial mención a la madre que considera gran parte del éxito de la segunda generación.
Pone de manifiesto la diferencia entre gestión y propiedad.
Señala que no se puede exigir a la segunda generación ser como la primera ya que se parte de mundos diferentes. “Hay que tener comprensión con la segunda generación” “Si el negocio solo está en la cabeza del emprendedor, está muerto”.
Tienen hecho protocolo familiar y defiende su realización por personal externo ya que es más fácil de llegar a acuerdos entre generaciones.
Afirma que los hijos no deben vivir de las rentas, tienen que poner de su parte, contribuir al desarrollo de la empresa. “No tengo vocación de hacer ricos a mis hijos”.
A los hijos se les da un cargo dentro de la empresa pero ellos deben ganarse la “autoritas”.
“Hay que ser napoleón, hay que hacer de todo”.
Finalizó su intervención invitando a la Asociación y al Foro de Jóvenes a visitar la empresa Vegenat, proponiendo para ello la primera quincena de octubre.