El día 26 de abril la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar celebró el desayuno de trabajo “El crecimiento adquisitivo en la empresa familiar: una alternativa para ganar en dimensión” que fue impartido y patrocinado por las entidades Banca March y Baker Mckenzie.
Comenzó la jornada D. Javier Alcántara, Responsable de la unidad de fusiones y adquisiciones de Banca March, haciendo un breve repaso por la situación económica actual caracterizada por una consolidación de la recuperación económica y el crecimiento en España, por lo que hay unas perspectivas favorables a medio plazo. Un entorno que, a su juicio, es favorable para el crecimiento de la empresa familiar.
En este contexto, el crecimiento de las empresas puede ser orgánico o inorgánico, destacando que hay una correlación importante entre los ciclos expansivos y el crecimiento adquisitivo de las empresas.
El proceso de crecimiento adquisitivo es un proceso largo que tiene cuatro fases: análisis interno previo, análisis de targets o identificación de compañías potencialmente adquiribles, presentación de la oferta y negociación, cierre y post-cierre. Para el ponente “es fundamental tener definida la estrategia de la compañía y del propio proceso”.
Es importante, dentro del proceso, otras actuaciones como la due diligence, las consideraciones fiscales y regulatorias y la financiación de la operación. En este sentido hay que diferenciar entre el valor y el precio. “El proceso de adquisición empieza en el valor y termina en el precio”.
Para finalizar destacó la importancia de gestionar el “día después”, es decir la gestión de la comunicación tanto interna como externa, la integración de las organizaciones, los acuerdos de transición, etc.
Continuó Eduardo Carretero y Maite Díaz, miembros del departamento mercantil de Baker Mckenzie, quienes analizaron el proceso adquisitivo desde el punto de vista jurídico.
Destacaron que es un proceso bilateral de negociación que se inicia con una fase precontractual que abarca desde el inicio de las negociaciones hasta la firma del contrato e incluye todas las actuaciones que median entre las partes con el fin de configurar los términos del futuro contrato, pero sin obligarse en firme a concluirlo.
En esta fase se llega un acuerdo de intenciones y se lleva a cabo la due diligence. Tras ello, y si todo es conforme, se empieza a negociar el contrato de compraventa, destacando que no existe una regulación jurídica del contrato de compraventa de empresas por lo que se ha imitado el modelo anglosajón. En el contrato se valora la empresa y se fija el precio, las garantías y responsabilidades.
Por último, y para poner fin a la jornada, se analizaron los aspectos fiscales del proceso y el régimen de responsabilidad tributaria.