Vivimos los tiempos mas complejos que nos podíamos haber imaginado ocasionados por un invitado inesperado, el coronavirus, que ha puesto en jaque las estructuras sanitarias, sociales y económicas de nuestro país. Es cierto que nadie esperaba una repercusión tan violenta del virus pero no es menos cierto que, posiblemente, no hayamos reaccionado a tiempo, teniendo en cuenta los precedentes de China y, el mas cercano, de Italia.
El coronavirus ya está golpeando intensamente nuestro país, y ahora ¿qué?
Ante las medidas anunciadas por las distintas administraciones, nacionales y autonómicas, ante el encomiable trabajo del personal que presta servicios esenciales, en especial el sanitario, y ante la implicación de la sociedad que ha atendido el requerimiento de quedarse en casa, emerge la figura de la empresa como actor principal para afrontar, combatir y superar esta situación.
En tiempos de escasez es fundamental mantener los servicios esenciales para la sociedad. La alimentación, los medicamentos, el transporte, etc, son elementos imprenscidibles en estos momentos, y detrás de todo ello están las empresas y sus equipos con un sentido de la responsabilidad, de compromiso y de servicio a la sociedad digno de admiración.
En los últimos días escuchamos atónitos algunas insinuaciones infundadas sobre las empresas, incluso de representantes públicos que, cuanto menos, nos hacen dudar del concepto que tienen de las mismas.
No, las empresas no se aprovechan de esta situación. No, no conozco ninguna que aproveche esta emergencia para despedir, al contrario. Muchas de ellas ya han manifestado su deseo de mantener, a pesar de los problemas, las plantillas, conscientes de que detrás de cada trabajador hay una realidad, una familia y un proyecto de vida que quieren mejorar y nunca destruir. Y de eso, las empresas familiares sabemos mucho.
Por todos son conocidos los valores propios de las empresas familiares que, en esta situación, salen a relucir. La defensa de unos principios éticos y socialmente responsables en nuestra gestión siempre han formado parte de nuestro ADN empresarial y ahora no vamos a renunciar a seguir siendo así.
El empresario, y más si cabe el empresario familiar, es parte de la solución y nunca del problema. Huyamos de los dogmas que tienden a poner en entredicho la figura y la relevancia de la empresa en situaciones tan complejas como la que vivimos.
Aplaudamos el enorme esfuerzo que la sociedad está haciendo y reconozcamos, una vez más, el papel protagonista de las empresas en combatir esta situación que, entre todos, superaremos. La Asociación Extremeña de la Empresa Familiar siempre ha defendido que nuestras compañías son un bien social fundamental para salir adelante, no solo nosotros, si no la sociedad española…. Vamos, este virus solo lo pararemos unidos.
Artículo de D. José Piñeiro, Presidente de la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar
https://www.hoy.es/extremadura/ante-crisis-siempre-20200407001401-ntvo.html
Fecha: 7 de abril de abril
Medio de comunicación: Diario Hoy