Sólo el 30% sobreviven al primer cambio, y un 15% superan el segundo. Los empresarios apuestan por el incremento humano de sus negocios.
Una empresa familiar es aquella en que la propiedad está en manos de una o más familias, y en Extremadura actualmente se contabilizan más de 60.000 agrupaciones de este tipo, lo que se traduce en aproximadamente el 80% del PIB de la región.
Ser empresa familiar tiene sus ventajas e inconvenientes. Como positivo destaca la puesta a disposición de todos los recursos del empresario, tanto personales como materiales, pero como negativo sobresale por encima del resto el problema de la sucesión. Los datos demuestran que sólo el 30% de las organizaciones familiares superan con éxito el primer relevo generacional (el que va de la 1 a la 2 generación), y que un 15% pervive a la tercera. Así lo ha explicado a este medio Alfonso Pitarch, presidente de la Asociación de la Empresa Familiar en Extremadura, que celebró ayer un desayuno de trabajo en el que se analizaron iniciativas y ejercicios de buen gobierno para afrontar el futuro en las empresas familiares.
Extremadura actualmente tiene un sector empresarial muy joven, pues la mayoría de sus empresas se encuentran con el traspaso de la primera a la segunda generación, un hecho “muy difícil” si se tiene en cuenta la gestión y el mantenimiento de la esencia de la empresa. “Es difícil porque la gente no se encuentra preparada, se eligen por criterios familiares y además de eso tienen que ser buenos trabajadores y tener unos criterios de gestión profesionales. Hay que pensar más con la cabeza que con el corazón. Eso sí, el grado de implicación de los directivos será mayor si son de la familia”, especificó Pitarch.
El número medio de trabajadores con que cuentan las empresas familiares de la región se establece entre 1 y 3, aunque varía bastante dependiendo del negocio. Pese a todo, la cifra es baja, y desde la Asociación de Empresas Familiares de Extremadura insisten en la importancia de ampliar los negocios, más que crearlos. “Hay que ganar tamaño. Más que pensar en el emprendedor, intentar que se amplíe el tamaño de cada empresa, porque está demostrado que las empresas que tienen entre 30 y 50 trabajadores generan un empleo más estable que las que inician actividad. Hay que intentar la consolidación y el crecimiento de las empresas existentes”.
La empresa familiar siempre se ha caracterizado por una flexibilidad y agilidad a la toma de decisiones, pero al margen de este aspecto, es muy importante también el formalismo para eludir las responsabilidades. Precisamente éste fue uno de los temas abordados ayer en el desayuno de la asociación, que contó con el asesoramiento de Garrigues Abogados, cuyos especialistas compartieron aspectos como el análisis de los distintos intereses en juego, la delimitación de los mismos y los problemas y soluciones a aspectos vinculados con la propiedad, el gobierno y la gestión de la empresa familiar para vencer la situación económica actual. “Ha habido crisis de mercado pero desde el punto de vista financiero la hemos soportado mejor que otras entidades que no son familiares, y las que permanecen tras este tiempo afrontarán mucho mejor el futuro. Hay menos empresas que antes de la crisis, pero están preparadas para afrontar el futuro con confianza”, aseguró el presidente de la organización. De hecho, los datos del Barómetro de Empresa Familiar de KMG auguran que más del 50% de las empresas familiares prevén incrementar su plantilla e inversión este año.
Medio de comunicación: El Periódico Extremadura